La
escritura es una actividad compleja, que resulta altamente necesaria
al igual que la lectura para acceder a los saberes organizados que
forman parte de la cultura.
Recientes investigaciones muestran “el papel de la escritura como herramienta poderosa para darle sentido a la experiencia y descubrir los sentidos” (Vacca y Lunek, 1992). Estos autores sostienen que se escribe para aprender “a pensar sobre el papel”. El problema está en que muchas escuelas enseñan la escritura como habilidad motora y no como una actividad intelectual compleja, por lo que a los niños debería de enseñárseles el lenguaje escrito, no la escritura de letras.
Recientes investigaciones muestran “el papel de la escritura como herramienta poderosa para darle sentido a la experiencia y descubrir los sentidos” (Vacca y Lunek, 1992). Estos autores sostienen que se escribe para aprender “a pensar sobre el papel”. El problema está en que muchas escuelas enseñan la escritura como habilidad motora y no como una actividad intelectual compleja, por lo que a los niños debería de enseñárseles el lenguaje escrito, no la escritura de letras.
El
niño desde que entra a la escuela ya tiene conocimientos de la lengua escrita
debido al contacto con los medios de comunicación, pero hay diferencias
igualmente.
Algunos niños manifiestan espontáneamente deseos de escribir porque provienen de contextos en los que se valora la lengua escrita, se usa en sus múltiples funciones. Los demás niños aprenderán a valorarla en el jardín y en la escuela por la intervención del docente.
En esta tarea es fundamental la actitud del docente que debe tener información acerca de los diferentes momentos en el proceso de adquisición del sistema de escritura, así como también saber cuándo es conveniente intentar provocar el conflicto cognitivo y cuándo se debe aceptar sus respuestas sin perturbarlo.
Las investigaciones que Behares y Erramouspe hicieron sobre el desarrollo de la escritura del niño como sujeto que aprende, nos ayudarán a interpretar las sucesivas aproximaciones que hace éste para apropiarse de la misma.
En la evolución del proceso de escritura nos encontramos con una serie de etapas, que vale la pena conocer para saber dónde se encuentra cada escolar. Entonces, de esta manera poder planificar basándonos en su nivel inicial de conocimientos, planteando actividades que permitan confrontar aquello que sabe con el nuevo conocimiento.
Algunos niños manifiestan espontáneamente deseos de escribir porque provienen de contextos en los que se valora la lengua escrita, se usa en sus múltiples funciones. Los demás niños aprenderán a valorarla en el jardín y en la escuela por la intervención del docente.
En esta tarea es fundamental la actitud del docente que debe tener información acerca de los diferentes momentos en el proceso de adquisición del sistema de escritura, así como también saber cuándo es conveniente intentar provocar el conflicto cognitivo y cuándo se debe aceptar sus respuestas sin perturbarlo.
Las investigaciones que Behares y Erramouspe hicieron sobre el desarrollo de la escritura del niño como sujeto que aprende, nos ayudarán a interpretar las sucesivas aproximaciones que hace éste para apropiarse de la misma.
En la evolución del proceso de escritura nos encontramos con una serie de etapas, que vale la pena conocer para saber dónde se encuentra cada escolar. Entonces, de esta manera poder planificar basándonos en su nivel inicial de conocimientos, planteando actividades que permitan confrontar aquello que sabe con el nuevo conocimiento.
muy interesante tu información ¡
ResponderBorrarmuy buenas ideas para trabajar el lenguaje escrito, gracias!
ResponderBorrargracias por tu información, como siempre muy útil
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